Contrabajistas cubanos por el mundo — Luis Cojal: Paisajes sonoros del alma

Virtuoso contrabajista, cantante, compositor y maestro

Es difícil hacerse una idea de cómo lo hace, pero Luis Cojal (1969) ha compuesto obras para contrabajo y voz que él mismo interpreta, y esto sólo se puede hacer cuando se tiene el don de la voz, el oficio del compositor y las virtudes de un excepcional contrabajista. Y por eso, por lo difícil que es encontrarse con un artista renacentista en el siglo XXI que, residiendo en España desde 1994, ha sido profesor de ese instrumento en prestigiosos centros de enseñanza, ha integrado destacadas orquestas, se ha presentado regularmente como solista en prestigiosas salas de conciertos, y ha grabado un disco inusitado y está “cocinando” el segundo, le pregunté cómo lo hace. Y esto fue lo que me contó.

— Una entrevista por Antonio Gómez Sotolongo

En el principio fueron la guitarra y las canciones cubanas

Lo primero que te diré es que, aunque no lo comento casi nunca, yo comencé mis estudios de música en 1982 tocando la guitarra. Eso fue en la Escuela Vocacional de Arte de Batabanó, en Cuba, donde completé los estudios de nivel elemental en ese instrumento con el profesor Lupercio Chirino, pero en 1985 me fui a La Habana y allí me matriculé en la Escuela Nacional de Arte (ENA). Y fue entonces cuando comencé a tomar clases de contrabajo con el maestro Manuel Valdés Argudín, con quien me gradué en 1994 del Instituto Superior de Arte (ISA) o Universidad de las Artes.

Por esos años, Valdés acababa de graduarse en el Conservatorio Tchaikovsky de Moscú y traía todas las ganas de enseñar, y yo estuve allí para aprender, así que pienso que aquella fue una experiencia increíble y una bendición para mí. El primer gran reto al que debí enfrentarme fue realizar los cuatro años del nivel elemental de Contrabajo en un solo curso, así que comencé en septiembre del 85 y ya en junio del 86 estaba tocando obras de Dragonetti, de Bottesini, Kusevitski… Un trabajo de locura, pero lo logré satisfactoriamente. Puedo decirte que la técnica para tocar el contrabajo la aprendí realmente con el maestro Manuel Valdés, y que esos conocimientos han sido fundamentales durante mi vida profesional.

Después, por supuesto, sobre todo cuando salí de Cuba, fui encontrando otros horizontes, otras maneras de enfocar la música, el instrumento, de incorporar otras corrientes técnicas y musicales, y aunque durante los años en los que estudié en Cuba integré orquestas con las que hice trabajos demandantes, y me presenté como solista en importantes salas de conciertos, mi vida profesional comenzó realmente hace 25 años, cuando llegué a España. Es aquí donde se me han abierto muchas puertas en todo ese tiempo.

¿Y cómo llegué a España? Pues la primera vez que vine era estudiante de Contrabajo en Cuba, en 1991. Vine con el Conjunto de Cámara de la Habana, que entonces dirigía el maestro Evelio Tieles. Aquella fue para mí una experiencia muy interesante y muy productiva desde el punto de vista profesional. Tres años después, en 1994, fui invitado a tocar en el puesto de contrabajo principal con la Orquesta de Cámara de Vilaseca, haciendo una gira de conciertos por España y Francia, y a partir de entonces comencé a trabajar en diferentes lugares como profesor y contrabajista, hasta que en 1996 me nombraron profesor de Contrabajo del Conservatorio de Música de Vilaseca, donde estoy desde entonces. Pero de esto hablaremos más adelante.

¿Mis recitales en España? Desde 1994 he podido presentarme en diferentes salas de conciertos: entre otras, en la Societat Ateneu Musical de Mora de Ebro, en la Casa de Cultura de Riudoms, en el propio Conservatorio de Vilaseca, o en la sala Hortensi Güell del Centro de Lectura de Reus, donde conté con el acompañamiento del pianista Marc Torres. Este último concierto fue el 11 de febrero del año 1996, y toqué las Sonatas en sol menor de Händel y Eccles, la Elegía y Tarantela de Bottesini, el Intermezzo de Glière, Kol Nidrei de Bruch, y terminé con las Variaciones “Moisés” de Paganini.

La sensación que tengo de aquel día en Reus es muy interesante. Recuerdo que quise mostrar las cualidades de mi instrumento interpretando un programa que, como puedes ver, recorre desde los pasajes más líricos hasta los más virtuosos, con lo cual el público tuvo un abanico bastante grande para conocer el instrumento. Y, de todo aquello, el recuerdo más presente que guardo es el asombro de aquel público, mostrado a través de sus ojos, y mi sensación de bienestar. La interacción con el público fue genial, y entendí que aquel era uno de los caminos que me gustaría transitar profesionalmente. Y así lo he podido hacer hasta hoy.

¿Cuántos recitales? Han sido muchos en estas dos décadas. Además de los que te mencioné, he presentado recitales de contrabajo y piano en la Sala Poetes y en el Conservatorio de Tarragona, en la Sala Cultural Caja Madrid de Barcelona, en el 97 me presenté en la Associació de Concerts de Reus, en el 2001 realicé un concierto para contrabajo y órgano en la iglesia prioral de San Pedro de la misma ciudad (donde compartí con el organista Josep Maria Mas i Bonet), me presenté también en Torroella de Montgrí, en el Auditorio Enrique Granados de Lérida… Asimismo he dado conciertos con el Son Bass Ensemble en 2007, compartiendo escenario con la cantante Charo García y la pianista María Mestre, durante muchos años formé parte y realicé diversas giras de conciertos con BCN 216 (uno de los grupos de música contemporánea más importantes de España y que más me han enriquecido como músico y contrabajista), en 2008 fui invitado a hacer un recital en la Convención Internacional de Contrabajo de París, el año siguiente participé en el Stringfest de Glasgow, y ese mismo año en el Rocky Mountain String Bass and Bass Guitar Festival en Colorado, Estados Unidos… Casi todos los años me he presentado en recitales de contrabajo y piano, pero desde el año pasado comencé con los Paisajes sonoros del alma, un proyecto que consiste en un recital unipersonal, en el que toco el contrabajo y canto obras compuestas por mí

Tocar es cantar a través del instrumento

¿Cómo descubrí que podía cantar y tocar el contrabajo? Para mí, cantar ha sido siempre algo muy natural. Creo que he cantado desde que tengo uso de razón. Me encanta cantar; siempre me ha gustado tanto como tocar un instrumento… Cantar, para mí, es algo que ni lo he pensado: ha estado siempre en mí. Cuando era chiquitico, cantaba en mi casa canciones infantiles y canciones cubanas con mi padrastro, Máximo Ibrahim Gómez Pérez, quien tocaba la guitarra y cantaba y, aunque no se dedicara profesionalmente a la música, era un músico de los pies a la cabeza. Fue con él con quien aprendí a tocar mis primeros acordes en la guitarra y las primeras canciones. A los 11 años ya cantaba boleros y me acompañaba con la guitarra. Así que no te puedo decir a ciencia cierta cuándo empecé, porque es lo que he hecho desde siempre, pudiendo desarrollarlo después, cuando comencé a estudiar música.

Y, por supuesto, cuando comencé a tocar el contrabajo ese placer no desapareció, sino que siguió aumentando. Incluso no me conformo con cantar las obras internamente mientras toco el contrabajo, sino que las canto en voz alta. Eso siempre le llamó la atención a mis compañeros de estudio, aunque nunca me he cuestionado cómo ni por qué lo hago. En realidad, para mí, tocar es cantar a través del instrumento, y eso es lo que he intentado hacer siempre. De hecho, mis conciertos casi siempre los termino cantando canciones cubanas; entre otras, Ay, mamá Inés y El manisero… También fundé el grupo de música africana Afará Ancestors, que integramos músicos cubanos y africanos, en el cual canto y toco el contrabajo. En el principio, los instrumentos fueron creados para imitar las voces humanas, así que…

Canto a los ancestros y Paisajes sonoros del alma

Y este placer por cantar y tocar lo concreté conscientemente en mi primer disco para contrabajo y voz, Canto a los ancestros, que contiene temáticas afrocubanas y donde el instrumento es un acompañante en piezas como Anembe, Iré Iyá, y Canto a los ancestros.

Pero esta idea se fue desarrollando y concebí un diálogo entre las dos voces, y de eso trata lo que estoy haciendo en la actualidad. Hubo un momento en el que me planteé la necesidad de dialogar con el instrumento, de sacar todas las inquietudes musicales que tengo a través de mi voz y la voz del contrabajo, así que conmigo van dos voces: canto a través del contrabajo, juego con las voces, dialogo… Para mí, el contrabajo no es sólo un instrumento, sino un medio; es lo que siempre hago con la música, y es de ahí de donde viene esta manera natural de cantar y tocar el contrabajo. Y no; no he tomado clases de canto, pero sí he tomado suficientes clases de música con las que he podido educar mi voz. Tocar es cantar y cantar es tocar. Y todo esto me empujó a componer las obras que presento en los conciertos que he titulado Soundscapes of the Soul, en los que se incluyen piezas como Yerum, Un canto interior y Vibrations.

El primero de estos Paisajes sonoros del alma para contrabajo y voz lo presenté al público el 30 de agosto de 2020 en la Casa Canals de Tarragona; después, en mayo del presente año toqué en el Museo de Arte e Historia de Reus; el pasado mes de julio estuve en el Castillo de Vilaseca y en la Begemot Art & Fashion Gallery de Barcelona. Y para terminar el año, por ahora tengo programadas varias representaciones de Soundscapes of the Soul en España y en Italia (una de ellas, en el ciclo Altafujazz de Tarragona), y también tocaré un concierto con la Orquesta de Vilaseca como contrabajo principal invitado.

¿De qué se trata el proyecto Soundscapes of the Soul? Pues, como te dije, es una continuación de todo lo que he venido haciendo desde el punto de vista musical; un compendio, un poquito de mí. Una de las cosas que intento desde el punto de vista musical y técnico en Soundscapes of the Soul es llevar el contrabajo y la voz a un mismo plano, y para eso utilizo elementos de todas las músicas que conozco. Utilizo elementos de la música clásica tanto para tocar como para cantar, uso la técnica, la proyección del sonido, la armonía, el timbre, etc., con la intención de que el público por momentos no pueda distinguir entre el contrabajo y la voz, dándoles la misma importancia a las dos voces. Ése es el juego en el que me estoy moviendo actualmente en las obras que estoy componiendo. Sí, mi música está influenciada por muchos elementos: espirituales, jazz, músicas del mundo, y la música cubana, de la que intento rescatar el perfume de mi infancia.

Estos Paisajes sonoros están creados con una paleta de visiones en la que caben todos los colores. La gracia de este proyecto es que el público va al concierto para escuchar a un contrabajista y su voz; y esa “desnudez”, en mi opinión, es el atractivo, porque no hay nada más. Hasta ahora, la aceptación ha sido muy buena, y te diría que muy emocionante tanto para mí como para el público, por lo que estoy muy contento con Soundscapes of the Soul… ¿Y el disco? Pues lo estoy “cocinando”. Pienso que antes de que termine el 2021 estará disponible en las plataformas digitales. Y no; no he estudiado composición. Me ha sucedido lo mismo que con el canto: las herramientas que adquirí en la escuela de música, hasta ahora, me han servido para componer.

Enseñar es tan importante como tocar

Mi profesión como maestro de contrabajo la he ejercido fundamentalmente en el Conservatorio de Vilaseca; ahí comencé y ahí estoy todavía, desde hace más de veinte años, impartiendo los niveles elemental y medio. A partir de esta base he impartido clases también en otros conservatorios, sobre todo aquí en Cataluña. Estuve diez años dando clases en el Conservatorio Superior de Música del Liceo de Barcelona, y ahora estoy enseñando paralelamente en Tarragona, en el Estudi de Música. Todo esto es una experiencia fantástica para mí.

Aquí en Vilaseca doy también clases de Música de cámara, que es una de las asignaturas que más me gustan porque en ella te diviertes más en cuanto al diálogo, y porque la música de cámara es una especialidad que he ejercido bastante durante toda mi carrera. Me encanta enseñarla. Estoy muy contento de todos estos años de experiencias pedagógicas, donde he tenido estudiantes muy buenos que ya hoy están trabajando en orquestas, algunos prosiguen las enseñanzas superiores en otros conservatorios, etc. Es bueno tener la posibilidad de educar a los estudiantes desde sus primeros pasos hasta los últimos, desde los pequeños hasta los grandes, del nivel elemental hasta el superior. Esta experiencia me ha dado una visión muy amplia de cómo enseñar, pues cada nivel es un mundo, tanto con los pequeños que se inician el instrumento —en nuestro sistema se comienza a la edad de siete años— como con los mayores que hacen el superior.

Igualmente he impartido clases magistrales y cursos en varios centros de enseñanza musical como la Universidad de Boulder en Colorado (Estados Unidos) o el Conservatorio Superior de Música Joaquín Rodrigo de Valencia. Y anualmente hago el curso de música de verano en Peralta de la Sal, en Huesca, y aquí en Vilaseca (un encuentro en el que participan jóvenes contrabajistas de todos los niveles, con los cuales integro una orquesta que yo dirijo; hacemos ensayos, damos clases y preparamos repertorios para grupos instrumentales de contrabajos). Por otra parte, también he colaborado con grandes maestros del contrabajo; entre ellos, Thierry Barbé, Wolfgang Güttler y Paul Erhard.

En resumen, para mí enseñar es tan importante como tocar. La experiencia en el escenario me alimenta mucho para poder enseñar, y viceversa (sobre todo, cuando puedo trabajar con alumnos talentosos y estudiosos). Y todo esto forma parte de los Soundscapes of the Soul.

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