Simon Diricq tiene 37 años, y con esa edad ha alcanzado todas las metas que se ha propuesto. Se ha convertido en un icono del saxofón actual. Y resulta que el próximo mes de julio viene a España, a las instalaciones de Sanganxa en Llanera de Ranes (Valencia), para dar una masterclass, así que hemos querido aprovechar la oportunidad para entrevistarle y conocerle antes un poco mejor.
Las ideas claras desde pequeñito
Este joven belga viene de una familia melómana que le apuntó con 5 años a clases de iniciación musical en el conservatorio de su ciudad natal, Tournai. “Yo era muy callado y discreto, ¡el maestro de música no se fijó en mí en meses!”, dice Simon, divertido. “Hasta que un día invitaron a un saxofonista a enseñarnos el instrumento y tocó unas cuantas notas. Y ahí fue cuando sucedió: inmediatamente pedí a mis padres empezar a aprender”.
Su primer profesor de saxofón —en el mismo Conservatorio de Tournai— fue Marc Host, quien excepcionalmente le aceptó antes de cumplir los 7 años de edad porque las manos del niño eran ya lo suficientemente grandes. “Años después, Marc me llegó a contar que al final de mi primera clase fui capaz de tocarle la escala de Do mayor a dos octavas”, asegura.
Paulatinamente, el saxofón terminó convirtiéndose en una pieza clave en la vida de Simon, tanto es así que a los 12 años le preguntaron cuál era su sueño y el chico respondió: “Ganar el primer premio del Conservatorio de París”. Ahí es nada.
¿Cómo un crío de 12 años podía tener tan claro algo así? Él nos cuenta la historia: “Los compañeros de Marc en su cuarteto habían estudiado en París; y yo, que iba siempre a escucharlos, les admiraba y quería tocar como ellos, y por tanto deduje que debía estudiar donde estudiaron ellos”.

Primer belga en el Conservatorio de París después de Adolphe Sax
Después de prepararse las pruebas de acceso para París durante dos años en Mons con Michel Mergny y uno más en Versalles con Vincent David, en 2005 Simon Diricq se convirtió oficialmente en el primer saxofonista belga aceptado en el Conservatorio de París, lo cual fue un hito histórico por doble partida, pues el aula de saxofón de este prestigioso centro fue creada por el también belga Adolphe Sax, padre de nuestro instrumento, casi 150 años antes (en 1857).
“Los alumnos de París me impresionaron mucho”, reconoce Simon. “Yo iba al conservatorio antes de mis clases, y también me quedaba después, para poder escuchar las clases de mis compañeros, y la sensación era como de ir a ver un concierto. Impresionante”.
Desde luego, en el ambiente de trabajo del Conservatorio de París —donde Simon fundaría en 2006 el hoy famoso Ensemble Squillante junto a ocho compañeros más— seguramente influirán dos gigantes de la talla de Claude Delangle y Christophe Bois. “Aprendes un montón con maestros como ellos. Ellos te invitan a pensar más allá, a tomar tus decisiones basándote en un por qué, a descubrir nuevos repertorios y disciplinas”, manifiesta Diricq. “Allí viví momentos maravillosos que sin duda me orientaron para el futuro”.

Triunfo en Dinant
Y no cabe duda de que el futuro traería más hitos memorables a nuestro joven saxofonista: en 2010, año en el que alcanzó su sueño de graduarse del Conservatorio de París con el primer premio, también se presentó al concurso de saxofón más prestigioso del mundo, el de Dinant, e igualmente lo ganó.
“La coyuntura era idónea, pues acababa de terminar mis estudios en el conservatorio justo antes del verano, y aproveché la inercia para seguir preparándome para el Concurso, que se celebraba en noviembre del mismo año”, opina Simon, quien continúa revelándonos algunos detalles de aquel momento de su carrera: “Yo sabía que el Concurso de Dinant era quizás el evento más seguido del mundo y la actuación más importante de mi vida, pero también era consciente de que aquella iba a ser mi última oportunidad para presentarme (debido a la edad), así que intenté disfrutar de cada momento con alegría y al mismo tiempo con nostalgia. Todo esto me ayudo a disfrutarlo como algo único”.
Diricq estuvo los meses de verano y otoño de 2010 preparándose para Dinant, tanto solo como con Flavien Casaccio, su pianista y compañero de equipo. “Quizás tuve fallos, pero salí con la sensación de haber logrado construir las cosas a mi manera, y creo que eso fue decisivo”, admite humildemente, tras lo cual añade: “La sensación de no ser ya un estudiante también fue útil”.
El Concurso de Dinant cambió la vida de Simon, como cambia la de cualquier saxofonista que lo gana. Su hazaña hizo que todos los ojos del mundo del saxofón se volvieran hacia él. Y no sólo del mundo del saxofón: el propio Ayuntamiento de Dinant —ciudad donde nació Adolphe Sax— le nombró Ciudadano de Honor por el significado histórico de su victoria (había sido el primer belga en lograr el primer premio). Aun así, Simon despacha este asunto modestamente: “En Dinant me siento como en casa, pues allí viví momentos muy importantes a nivel profesional y personal. Y, por supuesto, el resultado del Concurso potenció mi imagen dentro del mundo del saxofón, aunque yo sigo siendo el mismo músico que antes, con las mismas ganas de interpretar bien y mostrar mi personalidad al subirme al escenario”.
A día de hoy, Diricq sigue involucrado con el Concurso de Dinant, pero ahora “desde el otro lado”, como miembro del comité organizador. “Estoy aprendiendo mucho, tratando de ayudar a mejorar el reglamento y evolucionar manteniendo el espíritu y la tradición. Queremos que el concurso sea lo más justo posible, centrándonos siempre en lo más importante para nosotros: los candidatos”, proclama Simon, que en la última edición de 2019 participó como secretario general del jurado. “Tengo la oportunidad de ser el único saxofonista que ve las calificaciones escuchando a los intérpretes al mismo tiempo, lo que me ayuda a entender diferentes puntos de vista, escuelas y gustos, así como a distinguir las cualidades de cada candidato”.
Actividad docente en el Conservatorio de Bruselas
Una vez más, 2010 fue un año clave para Simon, pues recién graduado de París comenzó a impartir clases como asistente en el Conservatorio de Bruselas. Desde 2017 es oficialmente profesor en dicho conservatorio. “Fui asistente en el Conservatorio de habla francesa; cuando salió la plaza en el Conservatorio de la región flamenca, entonces di el salto a profesor”, puntualiza él. Y es que en 1967 el Conservatorio de Bruselas se escindió en dos instituciones asociadas pero diferenciadas por el idioma: Conservatoire royal de Bruxelles (francés) y Koninklijk Conservatorium Brussel (neerlandés, que es donde está Simon).
Respecto su enfoque pedagógico, Simon no deja de hablar acerca de la importancia de que sus alumnos encuentren su propio camino, en lugar de imitar lo que él haría. “Es cierto que comparto con ellos lo que considero más importante, pero sobre todo dedico mucho tiempo a hablar del fraseo, del sonido, de la homogeneidad, de la afinación, de la forma de cautivar al público… Hablo mucho, ¡quizás demasiado!”, reconoce entre risas. “Al igual que hago en mi faceta de intérprete, como profesor también procuro mejorar, renovarme y transmitir a mis alumnos mi pasión por los detalles. Que sepan que lo más importante es buscar, no encontrar, pues si encuentras tal vez dejarías de buscar…”.

Para un saxofonista del siglo XXI, dar conciertos como solista y clases en un conservatorio no es suficiente. Por eso Diricq es además músico de cámara y compositor. Formó con el clarinetista Charles Michiels un dúo que está destacando bastante entre los amantes de la música contemporánea: Ypsilon. Su disco Pulsions (Klarthe Records, 2019) termina con una breve pieza escrita por él mismo: VO²Max (VO²Max es la tasa máxima de consumo de oxígeno medida durante un ejercicio incremental, lo que explicaría el carácter rítmico y energético de la pieza).
Simon está adentrándose con éxito en el mundo de la composición —sus obras están a la venta en su página web—, lo cual posiblemente ha terminado convirtiéndole en un músico completo. Otra conocida obra suya es L’effet de Coriolis (El efecto Coriolis) para saxo alto solo, estrenada en el Royal College of Music de Londres en 2018. E igualmente publicó sus propias cadencias del Concierto de Glazunov y del Concertino de Ibert. “Esto de la composición surgió poco a poco, como una necesidad de expresar y compartir. Decidí dejar de esperar a ‘ser mejor’. Creo que ya tengo la edad suficiente para atreverme, y, si no lo hacía ahora, quizás después podría ser demasiado tarde. Y me alegro de haberlo hecho, porque la sensación de interpretar en el escenario una obra por primera vez es increíble; esa sensación de abrir tu mente y tus ideas desde dentro es muy especial”, arguye el músico.
Preguntado por próximas composiciones, Diricq nos habla de L’effet Fujiwara para saxo soprano y violín (el efecto de Fujiwhara da nombre al fenómeno metereológico de dos huracanes que orbitan el uno en torno al otro), adelantándonos que este dúo está dedicado a su pareja Laeticia Cellura (concertino de la Filarmónica de Bruselas y “el amor de mi vida”, en sus propias palabras), y refleja “el encuentro de dos huracanes que bailan juntos antes de fusionarse”. Además Simon tiene más ideas para futuras obras: “Me toman mucho tiempo. Veremos cuál termino primero. ¿Quizás una pieza para saxo y cuerdas? ¿Quizás otra cadencia?”, se pregunta a sí mismo.
Relación con España y próxima visita
Hablando de su última composición, L’effet Fujiwara, Simon Diricq nos adelanta en primicia que la estrenará junto a la propia Laeticia Cellura en su próxima visita a España en el mes de julio.
La relación entre este saxofonista belga y nuestro país es muy estrecha, en parte porque ha ganado premios en Tarragona (2004) y Benidorm (2010), pero sobre todo porque desde 2008 empezó a venir cada año con su Ensemble Squillante al Curso de verano de Montefrío, en Granada. “Vuestro país se convirtió en un lugar especial para mí”, dice con cariño. “Recuerdo que el primer año llevaba conmigo una hoja con un montón de palabras traducidas: tudel, caña, sacar, despacio… ¡Conocí a tantos buenos músicos allí! Los alumnos se convirtieron en mis amigos, y muchos de ellos han llegado a ser conocidos saxofonistas. Probablemente aquello hizo que nunca más volviera a dar un curso sin alumnos españoles”, asegura.
Si nos paramos a pensar, Simon comenzó a venir a Montefrío en 2008, o sea siendo aún alumno del Conservatorio de París, antes de ganar en Dinant. “El año de Dinant (2010), aprovechaba los descansos en Montefrío para estudiar para el Concurso”, rememora. “Y durante el Concurso, entre ronda y ronda, recibí muchos mensajes de apoyo de alumnos españoles”.
Después de diez años, el Ensemble Squillante ya no viene a Montefrío cada verano, pero Simon sigue teniendo afinidad con España, y él sí ha vuelto más veces. El año pasado dio una masterclass que fue todo un éxito en la sede de Sanganxa (la mayor tienda para saxofonistas y músicos de viento en nuestro país), en la localidad valenciana de Llanera de Ranes. Y el próximo 10 de julio de 2022 regresará al mismo sitio.
“Es un verdadero placer venir a España regularmente. Sanganxa es un buen lugar para compartir ideas en un ambiente amistoso, hacer música juntos y conocernos”, afirma Simon Diricq. “¡Disfruté mucho el año pasado y estoy deseando que llegue ya el 10 de julio!”.
Desde Sax Magazine no podemos más que mostrar nuestra profunda admiración por este músico irrepetible, y nuestra gratitud por haber atendido a nuestra entrevista.
Cuando tienes metas y quieres alcanzarlas, lo lógico es pedir consejo a quien ha sido capaz de alcanzar las suyas. Si eres saxofonista y pretendes hacer carrera en el saxofón, Simon Diricq es alguien a quien tienes que escuchar.
Día: 10 de julio de 2022.
Horario: de 9:30 horas de la mañana a 20:00 horas de la tarde (comida de mediodía incluida).
Precios: 75€ (alumnos activos) / 25€ (oyentes).
Siendo alumno activo tienes derecho a 50 minutos de clases individuales con Simon (puedes serlo tanto si eres estudiante de grado medio como de superior). Pero ten en cuenta que sólo hay 8 plazas como activos y 4 como oyentes, así que no te lo pienses mucho porque en estos casos las plazas disponibles ‘vuelan’…
Más información: https://www.fundacionsanganxa.com/agenda/
