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La “Canción triste” de Kusevitski en tempo de danzón

Abstract:

La pieza “Canta contrabajo, canta”, por sus dificultades técnicas, y muy probablemente por no estar disponible su partitura en el mercado, no aparece con frecuencia en el repertorio de las agrupaciones bailables ni en las salas de conciertos.

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Publication date:

ISSN: 2792-8349

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International Journal of Music

Israel López (1918 – 2008), conocido como “Cachao”, nació en La Habana (Cuba), en el seno de una familia de músicos, muchos de cuyos integrantes fueron contrabajistas; entre ellos, su hermano Orestes “Macho” (1908 – 1991) y su sobrino Orlando “Cachaíto” (1933 – 2009).

En 1940, la Orquesta Maravilla de Arcaño grabó para el sello Victor en un disco de 78 rpm (V 83132) la pieza Canta contrabajo, canta; un danzón compuesto, según se acredita, por Orestes López. En esta pieza, que conserva en su totalidad la forma rondó del danzón cubano, se sustituye el solo de violín que tradicionalmente se toca en la segunda parte —también conocida como “segundo danzón” o “trío de violín”— por un solo de contrabajo, que entonces interpretó Cachao.

https://www.youtube.com/watch?v=YeE8n9_etvM

La pieza está basada en la obra Canción triste, Op. 2 para contrabajo y piano de Serguéi Kusevitski (1874 – 1951), contrabajista, compositor y legendario director de la Orquesta Sinfónica de Boston entre los años 1924 y 1949. Si bien es cierto que este recurso de utilizar temas de obras del repertorio académico y arreglarlas para los danzones fue una práctica muy extendida entre los compositores cubanos, ésta fue la primera vez, hasta pruebas en contrario, que se registró un danzón utilizando los temas de una obra del repertorio clásico para el contrabajo.

En la primera grabación de Canta contrabajo, canta, realizada en 1940, el danzón conserva todas sus partes, aunque el tempo es mucho más acelerado, como demandaba entonces el “danzón de nuevo ritmo” que había puesto de moda la orquesta de Arcaño; pero cuando en 1959 Cachao volvió a grabar la pieza con su propia agrupación, suprimió el primer danzón y el tempo lo hizo más lento.

Ambas grabaciones muestran la maestría de Cachao como ejecutante y su capacidad como renovador de la música cubana. Esta segunda grabación, que se hizo en los Estudios de Radio Progreso, en La Habana, salió al mercado en el disco titulado Cachao y su típica, Vol. 2 (Lp Duher 1611), reeditado como Kubaney 254 y 393, según registra Cristóbal Díaz Ayala.

La tercera grabación de la pieza aparece en el disco Centenario del Danzón 1879 – 1979, Vol. 1 (LD-3715) de la Charanga Nacional de Concierto, una agrupación que fundó y dirigió Odilio Urfé (1921 – 1988). En el corte 3 de la cara B, aparece la pieza registrada con el título Canta contrabajo, interpretando esta versión el contrabajista Orestes Urfé (1922 – 1990), quien fuera principal de la Filarmónica de La Habana y de la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro de La Habana.

La cuarta y quizás última grabación de esta pieza data de 1982, y aparece en un disco del grupo Los Amigos, que dirigía Frank Emilio Flynn (1921 – 2001), bajo el título Los Amigos / Instrumentales cubanos (CD Egrem 0030). Esta versión la interpreta Orlando “Cachaito” López (1933 – 2009) y aparece bajo el título Cómo canta el contrabajo.

Orlando López, Cachaíto, realizó una carrera brillante, tocó con las más importantes agrupaciones de música popular en Cuba, y, como su padre y su tío, fue contrabajista de la Orquesta Sinfónica Nacional, llegando a ocupar durante varios años el puesto de principal.

Cachaíto, quien se dio a conocer internacionalmente como contrabajista de la agrupación Buena Vista Social Club en 1997, tuvo en 2001 su disco en solitario, cuando Nick Gold le produjo el disco Cachaíto, un registro que alcanzó gran éxito de crítica y público.

La pieza Canta contrabajo, canta, por sus dificultades técnicas, y muy probablemente por no estar disponible su partitura en el mercado, no aparece con frecuencia en el repertorio de las agrupaciones bailables, ni en las salas de conciertos, ni en las producciones discográficas; sin embargo, es una obra de gran lucimiento y que mantiene el interés de principio a fin, por lo que muy probablemente, si los contrabajistas del siglo XXI la descubren, tendrán en este danzón de López-Kusevitski un sandunguero momento en sus conciertos.

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